Las Grandes Conspiraciones de la Historia
  Capitulo 1
 
Clase Nº1
CURSO DE INTRODUCCION AL TEMA DE LAS GRANDES CONSPIRACIONES DE LA HISTORIA

Concepto 1: La historia universal que nos enseñan en el colegio esta sospechosamente sesgada en sus origenes.

Concepto 2: La historia no puede explicarse bajo una teoria "accidentalista de la historia".

Concepto 3: La teoria "conspiratoria" de la historia es la unica que explica las incroguencias historicas y revela las verdaderas fuerzas que dirigen los hechos historicos mas importantes.


INTRODUCCION

    Cuando por primera vez leí el libro de Gary Allen titulado "Nobody Call it Conspiracy" (
"No se atreven a llamarlo Conspiración")  quede absolutamente pasmado al enterarme que gran parte de lo que se nos enseña como historia universal son el resultado de maquinaciones ocultas en una red orquestada de sociedades secretas que manipulan estos hechos para su propia agenda oculta desde el inicio de los tiempos. Es tan vital la información que Gary Allen nos provee que al armar las piezas faltantes del rompecabezas no queda ninguna otra e

Cuando por primera vez leí el libro de Gary Allen titulado "Nobody Call it Conspiracy" ( "No se atreven a llamarlo Conspiración")  quede absolutamente pasmado al enterarme que gran parte de lo que se nos enseña como historia universal son el resultado de maquinaciones ocultas en una red orquestada de sociedades secretas que manipulan estos hechos para su propia agenda oculta desde el inicio de los tiempos. Es tan vital la información que Gary Allen nos provee que al armar las piezas faltantes del rompecabezas no queda ninguna otra explicación coherente de porqué los mismos "errores" y hechos "accidentales" tienden a repetirse una y otra vez con prácticamente los mismos directores tras bambalinas. Es por eso que decidí hacer la primera traducción de este libro al español e invito al amigo lector a indagar en él y sacar sus propias conclusiones.

        Gary Allen es un periodista independiente Californiano. Después de especializarse en HISTORIA en la Universidad de Standford hizo un posgrado en la Universidad Estatal de California, dónde se sorprendió al ver cómo los ramos presentaban increíbles omisiones históricas. Al investigar se dio cuenta que no era un error accidental. Como consecuencia de ello, Gary Allen decidió escribir los resultados de sus investigaciones en el presente libro, "No se atreven a llamarlo CONSPIRACIÓN", el cual sólo ahora ha sido traducido al español por el investigador Manuel Abarzua Kosler.

Aunque el libro fue publicado en 1972 y estaba dirigido principalmente a un público norteamericano, sus implicaciones para los ciudadanos del mundo son muy actuales, ya que nos presenta un cuadro más objetivo de quiénes son los que realmente manipulan los hilos de la historia. El lector irá descubriendo cómo se le ha mentido en muchos de los hechos históricos de nuestro siglo y también podrá inferir cómo los hechos actuales, incluyendo la supuesta caída del comunismo y las "crisis" políticas, económicas y las guerras actuales siguen siendo la obra de las mismas conspiraciones del pasado ...y del presente.





 

Capítulo 1: "NO INTENTEN CONFUNDIRNOS CON LOS HECHOS"                         

          Introducción

    Franklin Delano Roosevelt dijo una vez, "En la política, nada sucede por accidente. Si sucede, Ud. puede apostar que así se planeó.." El sí sabía de lo que hablaba. Creemos que muchos de los hechos mundiales más importantes que afectan nuestro destino suceden porque alguien o grupo de personas lo han planificado así. Si simplemente pensáramos en la ley de probabilidades, la mitad de los hechos que afectan nuestra nación deberían ser positivos para Norteamérica. Si pensáramos sólo en una mera incompetencia, quizá se podría decir que nuestros líderes podrían cometer uno que otro error a nuestro favor. Intentaremos probar que no estamos ante un caso de mera coincidencias o de estupidez, sino de una planificación astuta. Este libro trata de esta planificación [o confabulación] brillante y de cómo ésta ha dado forma a las política interna y exterior de las últimas seis administraciones. Esperamos que este libro logre explicar asuntos que hasta ahora han parecido inexplicables; que saque a la luz imágenes definidas que han sido obscurecidas por los pintores paisajistas de los medios de comunicación.

Los dos enfoques de la historia

    A aquellos que creen que los hechos mundiales de mayor importancia son [cuidadosa y artificialmente] planificados se les ridiculiza por creer en la llamada"teoría conspiradora de la historia", tan atacada últimamente por los medios de comunicación. Por supuesto, algunos suponen que no hay nadie que en esta era moderna crea en la teoría conspiradora de la historia -salvo claro está aquellos que se han tomado la molestia de estudiar el tema. Si Ud. lo piensa un poco mejor, puede decirse que solamente existen dos teorías de la historia. Una de dos, las cosas suceden por accidente sin haber sido planeadas por nada ni por nadie, o suceden porque sí son planificadas por alguien. En verdad, debería ser la llamada "teoría accidental de la historia". De otro modo, ¿cómo se explica que las últimas administraciones recientes hayan cometido exactamente los mismos errores que las anteriores? ¿por qué repiten los errores del pasado que producen la inflación, las depresiones y las guerras? ¿por qué nuestro Departamento de Estado se anda "tropezando" con una serie de "errores" que ayudan a los comunistas? Pero si con ello Ud. cree que todo esto es un mero accidente o el resultado de las inexplicables y misteriosas olas de la historia, a Ud. se le considerará un "intelectual" que comprende el hecho de que vivimos en un mundo complejo. Pero si Ud. cree que un número aproximado de 32.496 coincidencias consecutivas a lo largo de los últimos cuarenta años fuerza la ley de las probabilidades tan sólo un poquito, es que Ud. está fuera de toda lógica. Sin embargo, es precisamente a los políticos o los así llamados "intelectuales" a quienes les atrae esta idea de que los hechos históricos sean causados por una corriente misteriosa o por un mero accidente. Ellos esperan, razonando así, que no se les pueda culpar cuando las cosas se empiecen a poner mal. La mayoría de estos pseudo intelectuales nunca intenta ni siquiera refutar las evidencias de la teoría conspiradora de la historia sino que simplemente pretenden ignorarla. Si esta estrategia silenciadora no funcionara, estos expertos "objetivos" y aquellos que manipulan las opiniones de los medios de comunicación, se dedican a preparar una estrategia que involucra ataques personales y la exposición al ridículo, los que tienden a desviar la atención de las evidencias o hechos que algunos estén tratando de dar a conocer.

    Sin embargo, las armas más efectivas que se han usado en contra de la teoría conspiradora de la historia son el ridículo y la sátira. Estas armas extremadamente potentes pueden usarse muy astutamente para neutralizar cualquier intento honesto de refutar los hechos ( presentados como verdaderos ante la opinión pública). Después de todo, a nadie le gusta que se burlen de uno. La gente preferirá quedarse callada en vez de ser expuestas al ridículo; y este tema ciertamente se presta para ser ridiculizado. Una técnica que puede ser usada en este sentido consiste en expandir la conspiración hasta el extremo de hacerla aparecer absurda. Algunas de las personas que si creen en la teoría conspiradora, lamentablemente, debido a una intolerancia racial o religiosa, se basan en pequeños fragmentos de evidencia legítima para inventar toda una gran falacia que apoye sus prejuicios particulares. Por ejemplo, algunos de ellos pueden decir que la conspiración es totalmente "judía", "católica" o "masónica". Este tipo de gente no ayuda a denunciar la conspiración sino que son un triste espectáculo al verlos cómo son utilizados a su antojo por aquellos que quieren hacer creer al público que todos los que apoyan la teoría conspiradora son unos locos inofensivos.

    Los "accidentalistas", por otra parte, nos quieren hacer creer que la idea de una conspiración mundial es "simplista", y quieren convencernos de que la raíz de todos nuestros males son causados por la pobreza, la ignorancia y las enfermedades. Ignoran el hecho de que precisamente son los conspiradores quienes las usan , ya sean reales oartificiales, como una excusa para construir una cárcel para todos nosotros.

Tampoco sería adecuado afirmar que no hay miembros de entre la elite intelectual que sí creen firmemente en la teoría conspiradora de la historia. Por ejemplo, tenemos al profesor Carroll Quigley de la Foreign Service School en la universidad de Georgetown. El profesor Quigley difícilmente podría ser acusado de ser un "extremista de derecha." ( Los medios de comunicación han hecho estas tres palabras inseparables.) El Dr. Quigley posee todas las credenciales "liberales", habiendo enseñado en las elites académicas del establisment liberal: Las universidades de Princeton y Hardvard. En su tomo de 1300 páginas y ocho libras de peso, Tragedy and Hope (Tragedia y Esperanza), el Dr. Quigley revela la existencia de una red conspiratoria de la cual hablaremos más adelante en este libro. Este profesor universitario no está solamente formulando una mera teoría sino que habla de la existencia real de esta red por testimonio directo. También aclara que él no se opone a los objetivos que estos conspiradores tienen en mente sino que sólo a que dicha red se mantenga en secreto. El Dr. Quigley declara:

"Conozco las operaciones de esta red porque la he estudiado por más de veinte años y porque se me permitió, por dos años, a comienzos de los '60, examinar sus registros y documentos secretos. NO SIENTO NINGUNA AVERSION HACIA ESTA RED NI HACIA NINGUNO DE SUS OBJETIVOS Y HE ESTADO CERCANA A ELLA Y SUS INSTRUMENTOS DURANTE GRAN PARTE DE MI VIDA. He objetado, tanto en el pasado como recientemente, algunas de sus políticas...pero en general mi mayor diferencia de opinión se halla en el hecho de que [esta red] QUIERE PERMANECER SECRETA, y creo que su papel en la historia es lo suficientemente significativa para que merezca ser conocida." (Enfasis añadido)

    Concordamos en el hecho de que su rol en la historia debe ser conocido. Esa es la razón por la cual hemos escrito este libro. Sin embargo, la mayoría de nosotros está en total desacuerdo con el objetivo de esta red, la cual el profesor describe como "nada menos que crear un sistema mundial de control financiero en manos privadas capaz de dominar el sistema político de los países y la economía mundial como un todo." En otras palabras, este grupo o [mejor dicho] compadraje quiere controlar y gobernar el mundo. Y lo que es aún más escalofriante, ellos quieren un control total sobre todas las acciones individuales. Tal como el profesor Quigley observó, "...la libertad [de las personas] y su poder de escoger estarán controlados dentro de márgenes muy estrechos ya que serán numerados desde el nacimiento y rastreados, como número, a lo largo de su capacitación educacional, su servicio militar u otro servicio público, sus contribuciones de impuestos, sus necesidades médicas y de salud, y sus beneficios de pensión y fallecimiento." Esta red quiere un control sobre todos los recursos naturales, los negocios, la banca y el transporte al controlar los gobiernos del mundo. A fin de cumplir con tales objetivos, los conspiradores no han tenido ni la más mínima duda en fomentar las guerras, las depresiones económicas y los odios. Quieren lograr un monopolio que elimine a todos sus competidores y destruya el sistema de libre mercado. ¡Y aun así el profesor Quigley, de Harvard, Princeton y Georgetown lo aprueba!

    El profesor Quigley no es el único académico que sabe de la existencia de un grupo secreto y autoperpetuo de astutos manipuladores ocultos tras bambalinas a quienes de ahora en adelante llamaremos los conspiradores. Otros eruditos honestos han encontrado a los mismos individuos en los mismos desastrosos escenarios de incendios políticos una y otra vez han llegado obviamente a la conclusión de que existe una organización operante de piromaniacos. Pero estos eruditos lntelectualmente honestos se dan cuenta que si abiertamente desafían a los conspiradores, ello significaría la destrucción de sus carreras. El autor de este libro sabe que estos hombres existen porque ha estado en contacto con algunos de ellos.

    También hay líderes religiosos que saben de la existencia de esta conspiración. En una noticia de la agencia UPI que data del 27 de diciembre de 1965, el padre Pedro Arrupe, líder de la orden Jesuita de la iglesia católica romana, hizo las siguientes declaraciones al Concilio Ecuménico: " Esta ... sociedad sin Dios, funciona de una manera extremadamente eficiente al menos en sus niveles más altos de liderismo. Utiliza cada medio posible que está a su disposición, sean científicos, técnicos, sociales o económicos.Sigue una estrategia perfectamente delineada. Tiene un completo dominio sobre las organizaciones internacionales, los círculos financieros, los medios de comunicación; la prensa, el cine, la radio y la televisión."

"Me dicen que no existen las conspiraciones"

    Hay una serie de obstáculos que deben superarse para poder convencer a una persona de la posible existencia de un grupo conspirador interno que desde niveles muy altos manipula la política gubernamental. En este caso la verdad es más extraña que la ficción. Estamos hablando de uno de los más grandes misterios de la historia, una novela de suspenso y terror que haría ruborizar de vergüenza a Agatha Cristie. Si Ud. ama el misterio, entonces estará fascinado con el estudio de sus maquinaciones. Si Ud. estudia esta red de la cual el profesor Quigley se refería, encontrará que lo que en un principio parecía increíble no solamente existe, sino que también influye poderosamente sobre nuestras vidas más allá de lo que podamos imaginar.

    Debe recordarse que lo primero que debe hacer una conspiración, ya sea en la política, el crimen o en una oficina empresarial, es convencer a los demás que tal conspiración NO existe. El éxito de los conspiradores dependerá grandemente de ello. El hecho de que la elite del mundo académico y los medios de comunicación siempre desechen la existencia de los ocultos manipuladores sólo logra camuflar sus operaciones. A semejanza de aquellos dibujantes que crean juegos para niños con un paisaje colorido y frondoso para que los chicos descubran dónde están el niño con su carreta y el burrito, estos "artistas" nos quieren ocultar los personajes claves de la escena político económica.

    Existen también ciertos problemas psicológicos aparejados con hacer que la gente examine la evidencia concerniente a los conspiradores. Por lo general la gente tiende a sentirse muy cómoda con sus viejas creencias. Cuando Colón dijo que el mundo era una esfera y no un cubo, la gente se sintió bastante molesta. Se les estaba pidiendo que dejaran la antigua forma de pensar que habían tenido toda una vida y que adoptaran un nueva visión. Los "intelectuales" de aquel tiempo se mofaron de Colón y la gente temía perder su prestigio social si lo escuchaban. Muchos otros no querían creer que el mundo era esférico. Ello complicaba demasiado las cosas. Y los típicos defensores de la teoría de la tierra plana tenían intereses tan poco loables tratando de inflar sus propios egos que se burlaron de Colón y desafiaron su visión del universo. Fue como si le dijeran, "No nos confundas con hechos; ya tenemos nuestra forma de pensar."

    Los mismos factores se presentan hoy en día. debido a que el Establisment controla los medios de comunicación, cualquiera que denuncie a los conspiradores se convertirá en el blanco de una continua y vulgar andanada de ataques de parte de los diarios, revistas, la televisión y la radio. De esta forma a uno se le amenaza con perder su "respetabilidad social" si se atreve a conversar sobre la idea de que exista una organización que está detrás de los problemas que normalmente asolan a Norteamérica. Desafortunadamente, para muchas personas el status social está antes que la honestidad intelectual. Aunque nunca lo admitirían, la posición social es -para muchas personas- más importante que la sobrevivencia de la libertad.

    Una de las cosas que más dificulta evaluar la evidencia conspiradora más objetivamente para las personas interesadas en los problemas sociales es el hecho de que los conspiradores provengan del estrato social más alto. Son inmensamente adinerados, tienen una muy buena educación y son extremadamente cultos. Muchos de ellos tienen una reputación de toda una vida como filántropos, por lo que a nadie le gustaría encontrarse en la posición de tener que acusar a gente prominente de conspirar para esclavizar a sus conciudadanos americanos, pero los hechos son innegables. Muchos profesionales y hombres de negocios son particularmente vulnerables a la treta del "no pongas en peligro tu respetabilidad social" por parte de aquellos que no desean que se denuncie a la conspiración. Estos conspiradores saben muy bien que si la comunidad empresarial y profesional no se levanta en defensa del sistema de empresa privada, el socialismo a través del cual intentan controlar el mundo será inevitable. [Los conspiradores] creen que los profesionales y hombres de negocios están en tal decadencia, tan demasiado preocupados por su status, [y] tan atados a los problemas del trabajo y los negocios que no tienen tiempo para preocuparse de la política. A estos hombres se les dice que ello podría ser malo para el gobierno o que pondrían en peligro sus contratos gubernamentales si declaran su propias opiniones firme y públicamente. ¡Han sido sobornados con sus propios impuestos!

    Esperamos que los conspiradores hayan sobrestimado el valor y patriotismo que todavía hay en el pueblo americano y en las naciones del mundo entero. Sentimos que hay un número suficiente de uds -que no se dejan engañar por la televisión, [ni] por quienes ponen a Dios, la familia y el país por sobre el estatus social- [y] que se unirán para denunciar y destruir esta conspiración secreta. En la antigua grecia, el filósofo Diógenes anduvo buscando por cielo, mar y tierra a un hombre honesto. Nosotros estamos ahora en norteamérica y en el mundo buscando a cientos de miles de hombres y mujeres intelectualmente honestos que estén dispuestos a investigar los hechos y sacar conclusiones lógicas -sin importar cuan desagradables puedan ser aquellas conclusiones.

 

FIN DEL CAPITULO 1: "NO INTENTEN CONFUNDIRNOS CON LOS HECHOS"



 
   
 
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