Las Grandes Conspiraciones de la Historia
  Capitulo 4
 
Clase Nº4
CURSO DE INTRODUCCION AL TEMA DE LAS GRANDES CONSPIRACIONES DE LA HISTORIA

Concepto 1:  La Reserva Federal norteamericana como un arma para disparar el endeudamiento y adquirir poder politico y economico sobre sus paises deudores (sin mencional el papel similar del FMI). El programa de impuesto a la Renta impulsado en los EEUU sobre sus ciudadanos ha permitido a los grupos de poder no pagar impuestos mientras que los suben a los de la clase trabajadora. Ello por medio de la creacion de numerosas fundaciones "sin fines de lucro" de alto prestigio que son solo una pantalla para cuidar y proteger los enormes bienes de dichos grupos de poder.

Concepto 2: Los banqueros internacionales han jugado un rol decisivo en las campañas presidenciales norteamericanas, la revolucion Bolchevique y en el financiamiento de la Primera y Segunda Guerra Mundial, incluyendo a los enemigos del eje tales como Lenin, Trotsky y Hitler, amasando billonarias ganacias. Y este juego sigue incrementandose astronomicamente en la actualidad, castigando a la parte en guerra que no paga sus deudas por la adquision de armas.






Capítulo 4: "El financiamiento de la revolucion Bolchevique"


La Reserva Federal y el impuesto  progresivo a la renta

El establecimiento de un sistema de reserva federal fue un valioso instrumento que permitiría a los banqueros disparar la deuda nacional hasta el cielo, y así obtener enormes ganancias gracias a los intereses y también poder sobre los deudores. Solamente durante la administración Wilson, la deuda nacional creció en un 800 por ciento.

Dos meses antes de la presentación oficial del decreto sobre la reserva federal para su discusión y aprobación, los conspiradores habían creado los mecanismos para reunir los fondos necesarios para pagar los intereses de la deuda nacional. Este mecanismo era el IMPUESTO A LA RENTA PROGRESIVO, el segundo paso de la declaración de principios del MANIFIESTO COMUNISTA de Karl Marx, el cual contenía los diez pasos para SOCIALIZAR a un país.

Uno podría lógicamente suponer que los ricos se opondrían al impuesto sobre la renta progresivo, pero el hecho es que muchos de los norteamericanos más adinerados lo apoyaron. Sin duda algunos, motivados por sentimientos altruistas y porque, en un principio, los impuestos eran muy bajos. Pero otros apoyaron esta política porque ya tenían un plan para evitar que tanto el impuesto a la renta como el impuesto subsecuente sobre la herencia les afectara en forma alguna.

Lo que sucedió fue lo siguiente: Hacia fines del siglo pasado los Populistas, un grupo de socialistas rurales, fueron ganando fuerza y desafiaron al poder los banqueros e industriales monopólicos neoyorquinos. Aunque los Populistas tenían las respuestas equivocadas habían hecho muchas de las preguntas correctas. Desafortunadamente, se les hizo creer que el control monopolista de los banqueros sobre el gobierno, al cual se oponían, era un producto [natural] de la libre empresa.

Debido a que la amenaza Populista que se le presentaba a los banqueros provenía de la izquierda (sin existir un movimiento político organizado para proponer un control a las actividades bancarias), los conspiradores   se apresuraron a capturar a la izquierda. El profesor Quigley nos revela que hace más de cincuenta años atrás, la firma de Morgan decidió infiltrarse en el movimiento político de izquierda de los Estados Unidos. Ello no fue difícil de lograrse porque estos grupos izquierdistas necesitaban fondos y estaban ansiosos de recibir cualquier ayuda para hacer llegar su mensaje al público. Wall Street suplió ambas necesidades. Asi que no había nada nuevo en esta decisión, añade Quigley, ya que otros banqueros habían hablado de ello y aún lo habían intentado hacer antes. Quigley continúa diciendo:

"Lo que esta vez lo hizo verdaderamente decisivo fue la combinación de su adopción por el financiero dominante de Wall Street, en un tiempo en que la política de impuestos estaba haciendo que todos los financistas [banqueros] buscaran formas de evadir los impuestos a sus fortunas ...." (pág. 938)

Los movimientos radicales nunca son exitosos a menos que logren atraer bastante dinero y/o apoyo exterior. El gran historiador del siglo veinte, Oswald Spengler, fue uno de los que vió lo que los liberales norteamericanos no querían ver- que la izquierda estaba controlada por su peor enemigo, los malhechores de la riqueza. Spengler escribió en su monumental libro La Decadencia de Occidente (Modern Library, New York, 1945):

"No existe ningún movimiento proletario, ni siquiera comunista, que no haya funcionado de acuerdo con los intereses monetarios, en la dirección indicada por el dinero, y durante el tiempo permitido por el dinero- y ello sin que los idealistas de entre sus líderes tengan la menor sospecha."

Aunque el movimiento Populista no era básicamente conspiratorio, su ideología izquierdista fue [prácticamente] configurada por los elitistas conspiradores porque su fín era concentrar el poder en el gobierno. Los de adentro sabían que podían controlar aquel poder para sus propios fines. Por supuesto, no estaban interesados en promover la competición [de la libre empresa] sino en restringirla. El profesor Gabriel Kolko ha preparado un grueso volumen que presenta pruebas irrefutables de que los gigantes manipuladores corporados promovieron en gran manera la así llamada "legislación progresiva" de las administraciones Roosevelt y Wilson -una legislación que claramente apuntaba a controlar sus abusos, pero que estaba redactada de tal manera que calzaba sus propios intereses. En El Triunfo del Conservacionismo (el cual erróneamente Kolko toma por un gran negocio), él señala:

"... la razón significativa por la cual muchos hombres de negocios que dieron la bienvenida y apoyaron el incremento de la intervención federal en sus negocios, ha sido casi ignorada por los historiadores y economistas. Esta inadvertencia se debió a la ilusión de que la industria norteamericana estaba centralizada y monopolizada de tal manera que podía racionalizar la actividad [regular la producción y los precios] en sus diferentes ramas voluntariamente. La verdad era todo lo opuesto. A pesar del gran número de fusiones, y del crecimiento indiscutible de muchas corporaciones, la tendencia dominante en la economía norteamericana a comienzos de siglo era de una competencia en crecimiento. La competencia era algo inaceptable para muchos intereses de negocios y financieros claves....

La mejor forma que los conspiradores financieros pudieron hallar para eliminar esta competencia en aumento fue imponer un impuesto a la renta progresivo a los competidores y al mismo tiempo crear leyes [defectuosas a propósito] que les permitían ser económicamente inmunes [frente a tal impuesto]. Realmente, muy pocos de los proponentes del impuesto a la renta progresivo se percataron de que estaban siendo manipulados por aquellos a quienes querían controlar. Tal como Ferdinand Lundberg nos hace notar en su libro El Rico y el Super Rico:

"El impuesto a la renta se convirtió finalmente en sifón gradualmente insertado en los bolsillos del público, habiéndose impuesto como un impuesto de clase, el impuesto [sobre la renta progresivo] se transformó gradualmente en un impuesto para las masas como si hubiese aplicado una llave de jiujitsu para voltear al oponente...."

El vocero principal de los de adentro en el senado durante este período fue Nelson Aldrich, uno de los conspiradores involucrados en la creación de un sistema de reserva federal y el abuelo maternal de Nelson Aldrich Rockefeller. Lundberg dice que "cuando Aldrich hablaba, los periodistas comprendían que aunque las palabras eran suyas, lo que decían era seguramente aprobado por el "Grande Juan"(D. Rockefeller]...." En años anteriores Aldrich había denunciado el impuesto sobre la renta progresivo por ser "comunista y socialista", pero en 1909 las cosas sufrieron un dramático giro. El Diccionario Biográfico Americano comenta que:

"Tan sólo cuando la oposición se había vuelto formidable él [ALdrich] tuvo que hacer algo y presentó, junto con el apoyo del presidente [Taft], una proposición de enmienda a la constitución que otorgaba poder al congreso para fijar los impuestos a la renta progresivo."

Howard Hinton registra en su biografía de Cordell Hull que el congresista Hull, quien había estado a favor del impuesto a la renta progresivo, escribió esta pasmosa observación:

"Durante las últimas semanas el espectáculo inesperado en el congreso de ver ciertos así llamados líderes republicanos "conservadores de la vieja línea" cambiando de pronto su actitud de toda una vida y aparentemente abrazando, por medio de un rechazo mal disimulado a la propuesta de enmienda a la constitución sobre el impuesto a la renta, ha sido una ocasión de enorme sorpresa universal."

La salida de escape de los de adentro para evitar pagar impuestos ya estaba lista. En el tiempo en que la enmienda había sido aprobada por los estados (aún antes de que el impuesto a la renta progresivo fuese aprobado), las corporaciones Rockefeller y Carnegie estaban en pleno funcionamiento.

Es necesario recordar que fue con el propósito de quebrar los monopolios de la Standard Oil (Rockefeller) y la U.S. Steel (Carnigie) que los varios proyectos de ley anti-"trusts" fueron aprobados. Estos monopolistas podían ahora manejar sus fortunas libres de impuestos mientras que sus competidores tenían que vérselas con un impuestos progresivo que les dificultaba amasar capital. Tal como lo hemos indicado anteriormente, el socialismo no es un programa que tenga como finalidad repartir la riqueza, tal como los socialistas les gustaría que Ud. lo creyera, sino que un plan para consolidar y controlar la riqueza para los conspiradores internos.

El comité Reece del congreso que en 1953 investigó las fundaciones pudo probar con una asombrosa cantidad de evidencia de que las variadas fundaciones Rockefeller y Carnigie habían estado promoviendo el socialismo desde la iniciación de estas instituciones.(Véase Las Fundaciones: Su poder e Influencia, de Rene Wormser, Devin Adair, New York, 1958.)

Necesitamos crear la primera Guerra Mundial : un excelente negocio

Los conspiradores habían logrado crear ahora los mecanismos necesarios para subir la deuda, recolectarla, y (para ellos mismos) evitar el tener que pagar los impuestos requeridos para pagar el interés anual sobre la deuda. Luego todo lo que se necesitaba era una razón [o justificación prefabricada] para hacer subir la deuda. Nada puede disparar una deuda nacional hasta las nubes como lo haría una guerra. Y la primera guerra mundial se estaba [artificialmente] fermentando en europa.

En 1916, Woodrow Wilson fue reelegido por un pelo. El había basado su campaña en el slogan: "¡El nos Mantendrá Fuera de la Guerra!" El público norteamericano se oponía totalmente a que la nación se viera envuelta en una guerra europea. El mantenerse fuera de las disputas extranjeras había sido una tradición norteamericana desde George Washington. Pero, paralelo al hecho de que Wilson estaba declarando [fervientemente] en sus discursos políticos de que a los soldados norteamericanos no se les enviaría a una guerra extranjera, el estaba preparándose para hacer todo lo contrario. Su "alter ego",  como solía llamar al "coronel" House, estaba haciendo acuerdos secretos con Inglaterra para que Norteamérica se comprometiese en la guerra. Cinco meses más tarde estábamos en ella. El mismo grupo de conspiradores que manipularon la aprobación del impuesto progresivo a la renta y el sistema de reserva federal ahora querían a norteamérica en la guerra. J.P. Morgan, John D. Rockefeller, "Colonel" House, Jacob Schiff, Paul Warburg y el resto de los conspiradores de Jekyl Island estaban haciendo lo imposible para envolvernos en la guerra. Muchos de estos financistas [o banqueros] habían emprestado a Inglaterra grandes sumas de dinero. De hecho, J.P. Morgan and Corporation sirvieron como agentes británicos en este país durante la primera guerra mundial.

Aunque todas las razones que se nos dan [en los libros de historia] sobre el estallido de la primera guerra mundial en europa fueron sin duda factores existentes, también existieron otras causas más importantes. La conspiración había estado planeando la guerra durante más de dos décadas. El asesinato del archiduque austriaco fue meramente el incidente que proveyó una excusa para provocar una reacción en cadena.

Luego de años de lucha, la guerra estaba en un punto muerto [debido al empate de las fuerzas] y habría terminado casi de inmediato con un acuerdo de paz (tal como había sucedido con la mayoría de los otros conflictos europeos) de no ser por el hecho de que los estados unidos le declaró la guerra a Alemania.

No hubo apenas sido Wilson reelegido [gracias al eslogan de "no nos metan en la guerra" cuando se produjo un giro de ciento ochenta grados en la propaganda. En aquellos días antes de la radio y la televisión, la opinión pública era controlada casi exclusivamente por la prensa. La mayoría de la prensa era controlada por los muchachos de la Reserva Federal. Ahora comenzaban a tocar los tambores sobre la "inevitabilidad de la guerra." Arthur Ponsoby, un miembro del Parlamento Británico, reconoció en su libro La Falsedad en Tiempo de Guerra que, "Debe haber habido una mentira deliberada en el mundo desde 1914 hasta 1918 más que en cualquier otro período de la historia mundial." (E.P. Dutton & Co., Inc., New York, 1928.) La propaganda concerniente a la guerra durante este período era extremadamente unilateral. A pesar de que después de la guerra muchos historiadores admitieron que ambas partes eran igualmente culpables de causar la guerra, a Alemania se le pintó como un monstruo militarista que quería gobernar el mundo. Recuerden que así lo pintaron Inglaterra, quien había tenido a sus soldados en más países alrededor del mundo que cualquiera de las demás naciones todas juntas. El llamado "militarismo prusiano" en verdad existió pero no era una amenaza de la conquista del mundo. ¡Mientras tanto el sol nunca se puso sobre el imperio británico! La cuestión en verdad era que los alemanes se estaban convirtiendo en duros competidores de negocios en los mercados del mundo y los ingleses no lo aprobaban.

Para generar una fiebre de guerra, el hundimiento del Lusitana, una embarcación inglesa torpedeada dos años antes -fue un suceso revivido por la prensa, la que hizo de los submarinos de guerra alemanes su tema de mayor importancia.

El asunto de los submarinos de guerra era engañoso. Alemania e Inglaterra estaban en guerra, tratando de bloquearse mutuamente. J.P. Morgan y otros banqueros estaban vendiendo municiones a los ingleses. Los alemanes no podían permitir que tales refuerzos llegaran a su destino más que los ingleses permitir que cayeran en manos de los alemanes. Si Morgan quería arriesgarse y recoger la recompensa (o sufrir las consecuencias) de vender municiones a Inglaterra, era cuestión suya. Pero no era un asunto valedero como para que una nación entera haya sido arrastrada a una guerra.

La perfecta trampa y excusa : El hundimiento del Lusitana

El Lusitana, al tiempo que fue hundido, llevaba 6.000.000 de libras en municiones. Era ilegal que los pasajeros norteamericanos abordasen un navío que transportase municiones para los beligerantes. Casi dos años antes de que el transatlántico se hundieses, el diario New York Tribune del 19 de Junio de 1913 decía en una noticia de que "los oficiales de Cunard admitieron ante nuestro corresponsal hoy día de que el sabueso gris [Lusitania] estaba siendo equipado con rifles navales de alto poder...." De hecho, el Lusitania estaba registrado en la ...... inglesa como un crucero auxiliar. (Barnes, Harry E., La Génesis de la Guerra, Alfred Knopf, New York, 1926, pág. 611.) Además, el gobierno alemán puso varios avisos en los diarios de Nueva York advirtiendo a todos los potenciales pasajeros de que no abordasen la nave [porque] llevaba municiones y que no cruzaran el atlántico en ella. Aquellos que decidieron hacer el viaje sabían muy bien el riesgo que estaban corriendo. Con todo, el hundimiento del Lusitana fue usado por astutos propagandistas para pintar a los alemanes como unos asesinos inhumanos de los inocentes. La guerra submarina fue convertida en una causa célebre para empujarnos a la guerra. El 6 de abril de 1917, el congreso estadounidense declaró la guerra. El público norteamericano consintió a la guerra sobre la base de que sería "una guerra para acabar con todas las guerras".

"La Guerra para acabar con todas las guerras"

Durante la "guerra para acabar con todas las guerras", el conspirador banquero Bernard Baruch fue convertido en el dictador total de los negocios norteamericanos cuando el presidente Wilson lo llamó a ocupar el cargo de presidente de la mesa de Industrias sobre la guerra, llamamiento en el cual tenía el control absoluto de todos los contratos domésticos sobre los materiales de guerra para los aliados. Baruch se hizo de muchas amistades al colocar decenas de billones en contratos gubernamentales, y se rumoreó bastante en Wall Street de que de la guerra [y] para hacer el mundo de los banqueros uno seguro, se quedó con 200 millones de dólares para sí mismo.

Mientras que el conspirador bancario Paul Warburg controlaba la Reserva Federal, y un banquero internacional llamado Bernard Baruch conducía contratos gubernamentales, el banquero internacional Eugene Meyer, un antiguo socio de Baruch y del hijo de un socio de la Casa Bancaria Internacional de Lazard Freres, perteneciente a los Rothschilds, Wilson decidió encabezar La Corporación Financiera Para La Guerra, de donde también se hizo de un poco de dinero. Más adelante Meyer obtendría el control del muy influyente Washington Post que se conocería entonces como el Washington Daily Worker.

Debe notarse que Sir William Wiseman, el hombre enviado por la inteligencia británica para hacer que los EE.UU participara en la guerra, fue ampliamente recompensado por sus servicios. Permaneció en este país después de la primera guerra mundial como un nuevo socio del Kuhn, Loeb Bank controlado por Warburg, Jacob and Schiff-Paul.

Las ganancias de la Primera Guerra Mundial

La primera guerra mundial fue una bonanza financiera para los banqueros internacionales. Pero fue una catástrofe de tal magnitud para los EE.UU que aún son pocos lo que hoy en día se dan cuenta de su importancia. LA GUERRA CAMBIO NUESTRA POLITICA INTERNACIONAL DE NO INVOLUCRARNOS [EN CONFLICTOS AJENOS] Y NOS HIZO INVOLUCRARNOS CASI CONSTANTEMENTE DESDE AQUEL ENTONCES EN GUERRAS PERPETUAS PARA LA PAZ PERPETUA. Winston Churchill declaró una vez que todas las naciones habrían estado mucho mejor si los EE.UU se hubieran ocupado de sus propios asuntos. Entonces "se habría hecho la paz con alemania, y no habría habido un colapso que condujera a rusia al comunismo; no se hubiera producido un quiebre en el gobierno italiano reemplazado seguido de un gobierno fascista; y el nazismo jamás habría llegado a tener poder en Alemania." (Revista Justicia Social, 3 Julio 1939, p. 4.)

La Revolución Bolchevique: Otro falso mito

La revolución bolchevique en Rusia fue obviamente uno de hitos históricos en la escena mundial. En un suceso acerca del cual existe mucha desinformación. Los fabricantes de mitos y los que reescriben la historia han pintado su paisaje muy bien. El establecimiento del comunismo en Rusia es un ejemplo clásico de la segunda "gran mentira" del comunismo, es decir, que es el resultado del movimiento de las masas oprimidas en contra de sus jefes explotadores. Este engaño astuto ha sido promovido desde antes de la revolución francesa en 1789.

La mayoría de la gente hoy en día cree que los comunistas tuvieron éxito en Rusia porque fueron capaces de atraer la simpatía y frustración del pueblo ruso, el cual estaba cansado de la tiranía de los zares. Ello significa ignorar la historia de lo que realmente sucedió. Aunque la mayoría sabe que la revolución bolchevique ocurrió en noviembre de 1917, muy pocos saben que el zar había abdicado siete meses antes, en marzo. Cuando el zar Nicolás II abdicó, se estableció un gobierno provisional a cargo del príncipe Lvov quien quería reestructurar el nuevo gobierno ruso según nuestro modelo. Pero, desafortunadamente, el gobierno de Lvov dió paso al régimen de Kerensky. Kerensky, un así llamado socialista democrático, puede haber estado operando un gobierno guardián de los intereses comunistas. Hizo que continuara la guerra con Alemania y los otros poderes centrales, más emitió una amnistía general para los comunistas y otros revolucionarios, muchos de los cuales habían sido exilados después de la revolución roja abortiva de 1905. Volvieron a la madre Rusia 250.000 revolucionarios dedicados, y ello selló la aniquilación del propio régimen de Kerensky.

En la unión soviética, tal como en cualquier otro país comunista ( o como se denominan a sí mismos -Los Países Socialistas), el poder no ha llegado a los comunistas porque las masas oprimidas así lo quisieron. El poder ha llegado desde la cima hacia abajo en cada caso. Reconstruyamos brevemente la secuencia de la toma del poder por parte de los comunistas.

El año es 1917. Los aliados están luchando contra los poderes centrales. Los aliados incluyen a Rusia, el estado libre asociado británico (Commonwealth), Francia y en abril de 1917, los EE.UU. En marzo de 1917, planificadores astutos activaron las fuerzas que obligarían al zar Nicolás II a abdicar. El abdicó debido a las presiones de los aliados luego de severos disturbios en la capital checa de petrogrado, disturbios que fueron causados por el colapso del transporte el cual cortó toda comunicación para recibir suministros alimenticios y que obligó al cierre de las fábricas.

Lenin y Trotsky:Otras Marionetas de los Conspiradores

Pero, ¿dónde estaban Lenin y Trotsky cuando todo esto estaba sucediendo? Lineen estaba en Suiza y había estado en Europa oriental desde 1905 cuando había sido exilado por tratar de derrocar al zar en la revolución comunista abortiva de aquel año. Trotsky se hallaba también en el exilio, siendo reportero de un periódico comunista en el lado este más inferior de la ciudad de Nueva York. Los bolcheviques no eran una fuerza política visible cuando el zar abdicó. Y entonces llegaron al poder no debido a que las masas oprimidas de Rusia los llamaron de regreso, sino porque hombres muy poderosos en Europa y los EE.UU fueron quienes los enviaron de regreso.

Lineen fue enviado a cruzar la Europa en guerra en el famoso "tren sellado". Con él Lineen llevaba entre cinco y séis millones de dólares en oro. Ello fue arreglado por el alto comando alemán y Max Warburg, por medio de otro adinerado socialista de larga vida llamado Alexander Helphand alias "Parvus". Cuando Trotsky partió de Nueva York a bordo del S.S. Christiania el 27 de marzo de 1917 junto con su compañía de 275 revolucionarios, la primera parada fue Halifax, en Nueva Escocia. Allí los canadienses tomaron a Trotsky y su dinero y los encerraron. Esto era un proceder lógico para el gobierno canadiense ya que Trotsky había dicho muchas veces que si llegaba a tener éxito en llegar al poder en Rusia inmediatamente detendría lo que llamaba "la guerra imperialista" y abogaría por una paz separada con Alemania. Ello liberaría a millones de tropas alemanas que serían transferidas desde el frente este al oeste en donde podrían matar a los canadienses. Así que Trotsky fue forzado a esperar en una prisión canadiense -por cinco días. De repente los ingleses (a través del futuro socio de Kuhn, Leob -Sir William Wiseman) y los EE.UU ( por medio de nada más ni nada menos que el siempre presente "coronel" House presionaron al gobierno canadiense. Y así, a pesar del hecho de que ahora estábamos involucrados en la guerra, ellos dijeron, "Suelten a Trotsky". De este modo, con un pasaporte norteamericano, Trotsky regresó para juntarse con Lineen. Unieron sus fuerzas, y en noviembre, por medio de soborno, astucia, brutalidad y engaño, lograron (no atraer el apoyo de las masas sino que) contrataron suficientes asesinos e hicieron suficientes tratos para imponerse gracias al barril de pólvora que Lineen llamó "todo el poder para los soviéticos." Los comunistas se apoderaron del poder al capturar un pequeño puñado de ciudades claves. De hecho, prácticamente toda la revolución tuvo lugar en una sola ciudad -Petrogrado. Sería como si todos los Estados Unidos se volviera comunista porque una turba comunista se apoderara de Washington D.C. Fue años más tarde que los soviéticos realmente solidificaron su poder en toda la Rusia.

  ¿Quiénes eran los titiriteros que manipulaban a Lineen y Trotsky?

Los alemanes, por su parte, tenían una razón plausible para financiar a Lenin y Trotsky. Los dos alemanes más responsables de financiar a Lineen fueron Max warburg y un ruso destituido llamado Alexander Helphand. Ambos podían decir que estaban sirviendo la causa de su país al financiar a Lineen. Sin embargo, estos dos alemanes "patriotas" olvidaron mencionar al Kaiser de sus planes para fomentar una revolución comunista en Rusia. Toda esta escena toma otro cariz cuando cuando uno considera que el hermano de Max Warburg era Paul warburg, el primero en  favorecer el Sistema de reserva federal y quien en su cargo de miembro del directorio del Sistema de Reserva Federal , jugó un papel importante en financiar la guerra por parte de los norteamericanos. (Cuando salió a luz pública en la prensa norteamericana que el hermano Max manejaba las finanzas alemanas, Paul renunció a su cargo de inmediato). De aquí en adelante la historia se pone más densa.

Por cuanto el suegro del hermano de Max Warburg, Félix, era Jacob Schiff, socio mayorista de Kuhn, Loeb & Co. (Paul y Félix Warburg, Uds. recordarán, también eran socios de Kuhn, Loeb & Co. mientras que Max manejaba los negocios del banco familiar de los Rothschild de Frankfurt.) Jacob Schiff también ayudó a financiar a Leon Trotsky. Según el New York Journal-American del 3 de  febrero de 1949: "Hoy se estima que el nieto de Jacob, John Schiff, que el anciano destinó cerca de 20.000.000 millones de dólares para el triunfo de los bolcheviques en Rusia."

Una de las mejores fuentes de información sobre el financiamiento de la revolución bolchevique es el libro El Cesarismo y la Revolución, escrito por un general ruso llamado Arsene de Goulevitch quien fundó en francia La Unión de los Pueblos Oprimidos. En este libro, escrito en francés y luego traducido al Inglés, de Goulevitch comenta:

"Los principales financieros de la revolución no fueron ni los excéntricos  militares rusos ni las bandas armadas de Lineen. El "verdadero" dinero provino de ciertos círculos británicos y norteamericanos que por largo tiempo ya habían dado su apoyo a la causa revolucionaria rusa..."

   De Gouvelitch agrega:

"Ya no es ningún secreto el rol muy importante que el adinerado banquero norteamericano Jacob Schiff jugó en los sucesos en Rusia, aún cuando los detalles han sido parcialmente revelados."

De Gouvelitch cita en su libro al general Alexander Nechvolodov quien habla sobre la revolución bolchevique:

"En abril de 1917, Jacob Schiff públicamente declaró que fue gracias a su apoyo financiero que la revolución ruso había tenido éxito.

En la primavera de ese mismo año, Schiff comenzó a subsidiar a Trotsky...

Al mismo tiempo La compañía Tortsky and Co. estaba siendo subsidiada por Max Warburg y Olaf Aschberg del Nye Banken de Estocolmo...El The Rhine Westphalian Syndicate y el Sr. Jivotovsky...cuya hija más tarde se casaría con Trotsky."




Schiff gastó millones para destronar al Zar y otros millones más para derribar a Kerensky.Estaba enviando dinero hacia Rusia mucho después que se diera a conocer la verdadera naturaleza de los bolcheviques  ante el mundo. Schiff reunió $10.000 millones de dólares que supuestamente eran para aliviar la  guerra en Rusia pero mçás tarde se supo que resultó ser una buena inversión de negocios. (Forbes, B. C.,
Men Who are Making America, pp. 334-335.)

Según de Goulevitch: "Mr. Bakhmetiev, el anterior embajador de la Rusia imperial en los EE.UU, nos dice que los Bolcheviques, después de su victoria, transfirieron  $600.000.000 millones de rublos en oro (entre los años 1918 y 1922) a la firma de Schiff  llamada Kuhn , Loeb and Company."

Aunque ahora naturalmente se quiera negar la participación de Schiff en la revolución Bolchevique, éste fue un hecho bien sabido en servicios de inteligencia de los aliados en aquel tiempo. Esto condujo a muchas discusiones sobre que la revolución bolchevique era una conspiración judía. Como resultado de ello, el hablar sobre el financiamiento comunista de la toma de Rusia se convirtió en un tema tabú. La evidencia posterior indica que el financiamiento de la revolución bolchevique fue manejada por un sindicato de banqueros internacionales, la cual además de la banda criminal de Schiff-Warbug también incluyó los intereses de Rockefeller. Hay documentos que muestran que la organización de Morgan invirtió a lo menos un millón de dólares en los fondos comunistas (Hagedorn, Herman, The Magnate, John Day, N.Y. Véase también el Washington Post, Febrero 2, 1918, p.195.)

Existe aún otro financiero muy importante de la Revolución Bolchevique. Es un inglés extremadamente adinerado de nombre Lord Alfred Milner, el organizador y líder de una organización secreta llamada "El Grupo de La Mesa Redonda", el cual estaba apoyado por Lord Rothschild (del que se hablará en el próximo capítulo.)

De Goulevitch comenta al respecto:

"El 7 de Abril de 1917, el general Janin anotó lo siguiente en su diario('Au G.C.C. Russe' -At Russian G.H.Q.-Le Monde Slave, Vol. 2, 1927, pp. 296-297): Una larga entrevista con R., quien confirmó lo que previamente se me había dicho por M.  Después de referirse al odio alemán que le tenían a él y a su familia, tocó el tema de la Revolución, la cual, aseguró, fue orquestada por por los Ingleses y, más precisamente, por sir George Buchanan y Lord (Alfred) Milner. En aquel tiempo Petrogrado estaba atestada de Ingleses.... El podía, según aseguraba, dar los nombres de las calles y de las casas en las que los agentes ingleses se reunían. Se informó que durante la insurrección, a los soldados se les distribuyó dinero y se les incitó a amotinarse."

De Goulevitch agrega: "En entrevistas privadas se me dijo que Lord Milner gastó más de 21 millones de rublos para financiar la Revolución Rusa."

Hay que hacer notar, entre paréntesis, que Lord Milner, Paul, Felix y Max warburg representaban a "sus" respectivos países en la Conferencia de Paz en paris al final de la Primera Guerra Mundial.

Si de algún  modod podemos adscribir cierto sentido de "patriotismo" alemán al hecho de que Max Warburg financiara a Lenin, se puede asegurar ciertamente lo contrario con respecto a Schiff, Morgan, Rockefeller y Milner en su apoyo financiero a los Bolcheviques. Tanto la Gran Bretaña como los EE.UU estaban en guerra con Alemania y eran aliados de la Rusia zarista. El hecho de liberar a docenas de de divisiones alemanas para que se movieran desde el frente oriental para llegar a Francia y matar a cientos de miles de soldados norteamericanos y británicos ciertamente no dejaría de ser traición a la patria.

Vemos en la Revolución Bolchevique muchas de los antiguos rostros que fueron responsables de crear el sistema de Reserva Federal, iniciando así los impuestos progresivos a la renta, las (ilegales) fundaciones libres de impuestos y forzándonos a participar en la Primera Guerra Mundial. Sin ambargo, si Ud. publicamente admitiera, sería severamente criticado.

Ninguna revolución puede tener éxito sin organización y sin dinero. Las "masas oprimidas" usualmente tienen muy poco de lo primero y nada de lo último. Pero los conspiradores internos pueden solucionar ambas cosas.

¿Qué pueden ganar esta gente con financiar la revolución Rusa? ¿Qué obtienen con mantenerla viva o -tal como lo hicieron durante la decada de los años 20- en suplir con millones de dólares a Lenin para su Nuevo programa económico, salvando así a los soviéticos del colapso?

¿Por qué harían todo esto los "capitalistas"? Si su meta es la conquista global debe comenzar en alguna parte. Puede haber sido una coincidencia pero Rusia era el único país europeo en aquel entonces sin un banco central. Por primera vez en Rusia, la conspiración comunista ganó una zona geográfica "propia" desde la cual dirigir sus operaciones hacia otras naciones del mundo. Occidente tenía ahora un enemigo.

En la Revolución Bolchevique tenemos a algunos de los hombres más poderosos y ricos del mundo financiando un movimiento que aboga que su verdadera esencia consiste en quitarle sus riquezas a hombres como los Rothschild, los Rockefeller, Los Schiff, Warbugs, Morgan, Harriman y los Milner. Pero sin embargo tales hombres no se atemorizan ante el comunismo internacional. Es más que lógico asumir que si son ellos quienes lo financian y no le temen debe ser porque son ellos mismos quienes lo controlan. ¿puede haber alguna otra explicación que tenga sentido? Recuerden que durante más de 150 años el procedimiento operativo normal de los rothschild y sus aliados ha sido el controlar a ambas partes del conflicto. Debe tener un "enemigo" si quiere sacarle dinero al rey. La política del balance este-oeste es uasada como una de las excusas principales para la socialización de los Estados Unidos. Aun cuando no era su propósito principal, al nacionalizar rusia, los conspiradores se consiguieron una tremenda propiedad, completa con derechos minerales calculados entre 30 y 40 millones de dólares.

Sólo podemos teorizar sobre la manera en que Moscú es controlado desde Nueva York, Londres y París. Sin duda que mucho del control es económico pero ciertamente los banqueros tienen el poder en Rusia para mantener a los líderes soviéticos bajo control. Esta organización puede ser SMERSH, la organización criminal comunista internacional declarada bajo testimonio ante los Comités del Congreso y de la cual habló el autor Ian Fleming en su famosa serie de libros de James Bond. Aunque las novelas de Bond era muy imaginativas, Fleming había pertenecido a la Inteligencia Naval Británica, mantuvo excelentes contactos de inteligencia alrededor del mundo y se le reconoce como un dedicado estudioso del tema de la conspiración internacional.

Sin embargo, lo que sí sabemos es esto: una banda de financieros norteamericanos no solamente ayudó a establecer el comunismo en Rusia sino que se ha esforzado incansablemente en mantenerla viva desde aquel entonces. . Desde 1918, este grupo ha estado involucrado en la transferencia de dinero y, aún más importante, de información tecnológica hacia la Unión Soviética. Esto es obviamente claro en la historia de 3 tomos llamada Western Technology and Soviet Economic Development , escrita por los expertos Antony Sutton del Instituto Hoover sobre Guerra, Revolución y Paz  de la Universidad de Standford. Presentando en su mayoría, documentos del departamento estatal de los Estados Unidos, Sutton demuestra que casi practicamente todo lo que los soviéticos poseen ha sido adquirido en Occidente. No es una tremenda exageración decir que la Unión Soviética se hizo en los Estados Unidos. Sin embargo, los medios de comunicación, bajo el control de los conspiradores, ha sido incapaz de refutar los argumentos de Sutton y han decidido ignorarlo.

En Versalles, esta misma banda de criminales ávidos de poder ha divido a Europa para sus propios interesses y arreglaron el escenario para la Segunda Guerra Mundial. En las palabras de Lord Curzon, "Este no es un tratado de paz, simplemente es un cese en las hostilidades." In 1933, estos mismos conspiradores empujaron a Franklin Delano Roosevelt para que reconociera a la Unión Soviética, salvandola así de un colapso financiero mientras que al mismo tiempo estaban haciendo enormes préstamos en ambos lados del atlántico para financiar el nuevo regimen de Adolfo hitler. Con ello ayudaron enormemente a colocar el escenario para producir la Segunda Guerra Mundial y los eventos posteriores. En 1941, los mismos conspiradores corrieron en ayuda de nuestro "noble aliado",  Stalin, luego de su quiebre con Hitler.

 

FIN del capítulo 4: "El financiamiento de la revolucion Bolchevique"

 
   
 
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